El Appenzeller® sabor fuerte-aromático que hace poco era totalmente aromático le debe su curación al almacenamiento de por lo menos cuatro meses. Obtiene su condimento único (como todos los quesos Appenzeller®) gracias al cuidado con el misterioso adobo de hierbas. Su composición es un misterio muy bien guardado desde hace siglos. Se puede reconocer el Appenzeller® sabor fuerte-aromático por su etiqueta dorada.