En la leche que le da sus ricos y característicos aromas a la clase BERG, se puede encontrar el limpio aire de montaña y los olores florales de las altas praderas.
Floral y con cuerpo cuando es joven, tras unos meses de curación este queso desarrolla una riqueza cremosa y aromática. Va muy bien como postre y sabe exquisito con trozos de manzana, castañas o nueces.