En las cuevas se desarrollan lentamente todos los aromas del terroir y de la biodiversidad de los prados para crear el RUSTIC de sabor incomparable.
Reconocible por su generalmente arrugada corteza, tras 12 semanas de curación ya adquiere un equilibrio y desarrolla toda su delicia y singularidad tras aproximadamente 5-6 meses.
Los exigentes gourmets lo degustan al finalizar una comida con un vaso de vino aromático o con un trozo de chocolate negro.