Después de veranear en la montaña, alimentándose de pastos alpinos, las vacas desfilan hacia los valles, engalanadas para la ocasión con coronas de flores, para pasar el invierno. Este ceremonial camino de vuelta tiene lugar a finales de septiembre en distintas regiones de Suiza, cuna de los codiciados quesos d’alpage o pastos de montaña como Le Gruyère d'Alpage AOP y L’Etivaz AOP, el mejor queso alpino del mundo